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Dentro de las actividades de la XI Semana Intercultural organizada por el Ayuntamiento de Valladolid, esta mañana, personal técnico de administraciones y entidades sociales que trabajan con población inmigrante, ha participado en la jornada de intercambio metodológico en inmigración denominada "Inmigración subsahariana, soñando con Europa", que pretende compartir experiencias de trabajo y reforzar la intervención con la orientación de especialistas en la materia.
A través de las distintas ponencias, se ha reflexionado sobre el tema desde una perspectiva integral, profundizando en la compatibilidad del respeto a los derechos humanos y la aplicación de la normativa de la Unión Europea.
La inmigración subsahariana en Valladolid no es significativa. Hay 267 personas oriundas de países como: Angola, Camerún, Nigeria, República del Congo, Senegal, Costa de Marfil, Kenia, Mozambique, datos del padrón a fecha 01/07/2014, representando el 9,8 % de la población africana en la ciudad, cifrada en 2.724 personas y el 1,66 % del total de la población inmigrante de la ciudad (16.051 personas). Con carácter general, la población subsahariana llega a nuestra ciudad acogida por entidades que han suscrito convenios de colaboración con el Ministerio del Interior o el Ministerio de Empleo y Seguridad Social.
Los ponentes que han participado en la jornada son de reconocido prestigio. Así, de la mano de Inmaculada Serrano, investigadora del Instituto de Economía, Geografía y Geografía, los asistentes han conocido las características sociológicas de esta población.
La ponencia "Inmigración: regulación legal y respeto de los derechos humanos" ha sido abordada por dos expertos en el tema: la profesora de Filosofía del Derecho Ángeles Solanes y el subdirector de la entidad Accem, Enrique Barbero. Como moderador se ha contado con la colaboración de Javier García Medina, director del Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Valladolid.
Por último, y con el objeto de intercambiar experiencias y buenas prácticas, se ha presentado el proyecto Karibú, que trabaja con población subsahariana en Madrid y también el del Centro Tassaru, puesto en marcha en Narok (Kenia).