Descripción

Potabilizadora de San IsidroPotabilizadora de San Isidro El alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, junto al concejal de Desarrollo Sostenible, Jesús Enríquez Tauler, y responsables de la empresa Agualid, han visitado hoy con motivo del Día Mundial del Agua la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) de San Isidro, que data de la década de 1880 y ha sido objeto de una completa renovación durante los últimos años, hasta alcanzar una inversión de 14,5 millones de euros.

Ejecutadas por la UTE Collosa-Socamex, las obras se llevaron a cabo entre febrero de 2007 y diciembre de 2009, cuentan con un plazo de garantía de 36 meses y se centraron en la puesta en marcha de los filtros de carbón activo, de una nueva sala de bombeo y de un nuevo depósito enterrado de 50.000 metros cúbicos, así como la construcción de una nave de reactivos y otras mejoras técnicas.

En funcionamiento normal, la ETAP recibe agua desde el Canal del Duero a través de dos galerías comunicadas entre sí, de 1886 la más antigua, y de mediados del siglo XX la moderna. El caudal llega por una arqueta, en la que existía una reja de desbaste de limpieza, que ha sido necesario sustituir por un tamiz de finos de cadenas con limpieza automática que asegura el suministro en caso de obstrucción. Este elemento ha conllevado una importante obra civil.

Ozonización en dos etapas

La actuación también ha permitido sustituir la oxidación mediante cloro gas por una ozonización en dos etapas: pre e intermedia, con la doble finalidad de reducir la formación de elementos clorados. Esta decisión ha implicado la inserción de una cámara de preozonización de cuatro minutos de retención a caudal nominal para la oxidación de la materia orgánica contenida en el agua bruta, mediante ozono generado en una instalación anexa, situada en el edificio de reactivos.

El gran deterioro de la obra civil de la torreta de llegada existente, , y la falta de espacio para los nuevos equipos de agitación determinaron su abandono y sustitución por una de nueva construcción, aneja a la nueva cámara de preozonización.

Para poder trabajar en las condiciones de calidad y seguridad requeridas, se ha construido una nave de reactivos en la que se albergan los depósitos y las bombas dosificadoras de hipoclorito de afino y contingencias, cloruro férrico y sulfato de alúmina, los equipos de preparación y dosificación de polielectrolito líquido y los equipos de fabricación de ozono.

La segunda etapa de oxidación por ozono ha implicado la inserción de una cámara de seis minutos de retención a caudal nominal (102 m³ útiles) para la oxidación de la materia orgánica del el agua filtrada mediante ozono generado en la misma instalación que la preozonización, y situada anexa al edificio de filtros de carbón.

Las cada vez mayores exigencias de la población respecto a la calidad del agua, junto a la presencia de esporas de algas procedentes del Canal que producen sabores y olores desagradables durante algunas épocas del año, han hecho necesaria la adopción de un tratamiento de filtración secundario a base de carbón activo. Los nuevos filtros se han situado detrás del depósito de 6.000 m³, y reciben el agua a través de un canal colector desde los filtros de arena existentes.

Caudal de más de 4.000 metros cúbicos por hora

Los filtros se han diseñado para cumplir los parámetros de funcionamiento adecuados para el caudal nominal de 4.050 m³/hora. Se han construido seis filtros abiertos de gravedad con canal central inundado dispuestos en batería. Cada filtro tiene unas dimensiones de 16,1 m de longitud y 6,1 m de anchura, con una anchura por celda de 3,05 m, y una anchura total incluyendo el canal central de 7,50 m. Estas dimensiones proporcionan una superficie de filtración unitaria de 90,58 m², y una superficie total de 591,46 m².

Los filtros están dotados con sistema de lavado a contracorriente por aire y agua. Se permite el movimiento y trasiego de carbón mediante un puente grúa o fluidificado por agua. Toda la nueva línea se integra en el sistema de telecontrol, para lo que se recurre al empleo de los sensores, automatismos y elementos motorizados necesarios.

Hay que destacar la creación de una central de producción y preparación de aire comprimido que integra todos los elementos necesarios para esta labor, y la red que la complementa a unos 3 kg/cm². Aún así, se ha mantenido en funcionamiento la antigua, para prestar servicio de apoyo o contingencias.

La obra proyectada y construida en el apartado eléctrico ha sido ambiciosa: el estado de la instalación en media, de los transformadores y su dispersión por toda la planta aconsejaron su sustitución total, con la construcción de un nuevo centro de transformación, con entradas de línea desde seccionamientos situados en dos circuitos de media independientes, celda de protección general, celda de medida y 3 celdas de protección de transformador aguas arriba de tres máquinas, una de ellas en reserva.

Mayor capacidad de almacenamiento

La planta de San Isidro disponía de dos depósitos enterrados, de 6.000 y de 23.000 m³ útiles (en dos senos de 11.500 m³ cada uno), de los que únicamente estaba operativo el mayor debido a problemas en la solera del pequeño, que data de 1932.

La capacidad de almacenamiento resultaba, por tanto, claramente insuficiente para la capacidad de producción de la planta; por lo que se ha construido un nuevo depósito enterrado de 50.000 m³ (dividido en dos senos de 25.000 m³), adyacente al de 23.000 y a la misma cota de lámina de agua, lo que permite emplear ambos de manera simultánea.

A pesar de que este nuevo gran depósito tiene 4,50 m de altura de agua, su superficie en planta supera la hectárea, por lo que para minimizar las necesidades de expropiación se decidió implantarlo en su mayor parte en terrenos municipales ocupados por la Fundación Municipal de Deportes, por lo que se debieron desplazar las instalaciones deportivas que ocupaban ese espacio.

La cubierta del nuevo depósito se diseñó de tal modo que ha permitido la construcción sobre ella (en una obra posterior y no ligada a ésta) de un nuevo campo de fútbol reglamentario de hierba artificial. Además de la construcción del nuevo, se ha intervenido en el depósito antiguo para solucionar sus problemas más perentorios y adecuar su funcionamiento al nuevo flujo de caudal.

Dos grupos de bombeo

La antigua sala de bombeo a red no era aprovechable por diversos motivos (inundable, no admitía ampliación...). Por ello, se ha ejecutado, una nueva sala diseñada para evacuación del agua en caso de inundación, en paralelo al nuevo depósito. Esta sala acoge los dos grupos de bombeo preexistentes, con posiciones libres para dos bombas a mayores. Los colectores de admisión e impulsión son comunes a todas las bombas, partidos por válvulas, lo que da una gran versatilidad de explotación ante contingencias.

Finalmente, se ha procedido a la reparación de tapiales y fachadas, creando una imagen lo más homogénea posible, junto a la urbanización de toda la superficie de la potabilizadora, a excepción de la zona de los edificios históricos, para no dificultar una intervención unitaria sobre estos. También ha mejorado la iluminación y la red contra incendios.

También hay que citar la ampliación que se está efectuando en el depósito de agua potable del Cerro de San Cristóbal, a punto de concluir, para satisfacer la demanda de los nuevos desarrollos urbanísticos de esa zona. Se trata de dos nuevos vasos de 7.500 m3 cada uno, independientes del que ya existe de 10.000 m3. Estas obras se han presupuestado en 3.443.994 euros y comenzaron el pasado mes de julio.

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