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Descripción
- La muestra ofrece 135 imágenes de la vida del artista francés, con 40 fotografías nunca exhibidas hasta ahora en España
La sala de exposiciones de San Benito acoge desde hoy la exposición "Diario de un siglo", del fotógrafo francés Jacques Henri Lartigue (1894-1986). La muestra, que permanecerá abierta hasta el 31 de agosto, incluye 135 imágenes emblemáticas de la obra del artista -de las cuales 40 son inéditas en España-, como reflejo de la vida del siglo XX desde una perspectiva autobiográfica e histórica.Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoCantalapiedra y Morin presentando la exposición
La concejala de Cultura, Comercio y Turismo, Mercedes Cantalapiedra, y la comisaria de la exposición, Anne Morin, han descrito al artista como "un pintor que fotografiaba la sociedad francesa", con una calidad gráfica sobresaliente. También ha resaltado Morin que, a pesar de haber sido testigo excepcional de su tiempo, "no debemos considerarle un cronista de su época sino de su vida".
Sus imágenes reflejan la rápida transformación de las costumbres, el estallido y vibración de la novedad, y al mismo tiempo, la búsqueda de los pequeños detalles, del instante perdurable y atemporal presentes en cada una de sus imágenes y álbumes. Algunos fragmentos de estos escritos, en los que intentaba plasmar todos los momentos felices de su vida, también están presentes en la exposición.
Desde los siete años -su delicada salud fue un rasgo constante en su vida- comenzó a captar instantáneas de carreras de automóviles, aviones o de mujeres de clase media, con el empleo de encuadres poco usuales y diversas velocidades de obturación. En 1915 empezó a dedicarse a la pintura y se centró en retratos de personajes célebres del momento, como Marlene Dietrich, Greta Garbo o Maurice Chevalier.Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoAvenue du Bois de Boulogne, incluida en la muestra
Su obra pasa desapercibida hasta 1963, cuando el conservador del MoMa, John Szarkowski, presentó su primera exposición. Desde entonces, su prestigio ha crecido notablemente hasta convertirse en uno de los referentes visuales del siglo XX, debido a la simplicidad, la sobriedad y la gracia de sus imágenes.