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El alcalde de Valladolid y el embajador de Irlanda en España, junto al duque de Tetuán, presiden hoy este acto en el Callejón de San Francisco, junto a la Plaza Mayor
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Su valor militar, su compromiso con la fe católica, y su personalidad carismática hacen de él uno de los personajes históricos más relevantes de ese país
El militar y héroe irlandés Red Hugh O'Donnell, fallecido en Simancas en 1602, tiene desde hoy una placa dedicada en el Callejón de San Francisco de Valladolid, en recuerdo de su enterramiento en el antiguo convento del mismo nombre, una iniciativa promovida por la familia O'Donnell y la Embajada de Irlanda en España, a la que se ha sumado el A yuntamiento.
El alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva; el embajador de Irlanda en España, Justin Harman; el duque de Tetuán, Hugh O'Donnell; y el secretario del clan, Vincent O'Donnell, presiden esta tarde el acto que se celebra coincidiendo con la celebración del congreso de historiadores de Irlanda y España auspiciado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el Ministerio de Defensa y el Ministerio de Educación.
El embajador irlandés en Madrid tiene previsto visitar la Casa Consistorial con anterioridad al acto, acompañado por el presidente de Hispano-Irish, para firmar en el libro de honor y hacer efectiva la donación al Ayuntamiento de varios libros sobre la historia de su país.
En su intervención, el alcalde explica que en aquella época Valladolid era capital del Imperio de los Austrias, y ensalza la figura del homenajeado, "por su carácter valeroso, la gesta de su lucha y el sacrificio por lograr una existencia más libre para sus compatriotas, con la cooperación de España".
Señor de Tyrconnell, Hugh O'Donnell nació en 1572. Su padre, rey de Irlanda abdicó en el 1587. Tras obtener el apoyo del clan de los O'Neill sus fuerzas derrotaron al ejército británico encabezado por Henry Bagenal, en la batalla de Clontibret. Dos años más tarde se libró otro combate saldado con éxito irlandés en Yellow Ford; aunque a partir de 1600 los ingleses reforzaron sus posiciones y pusieron en una situación comprometida al contingente irlandés.
Desembarco y batalla de Kinsale
A partir de ese momento, O'Donnell entiende que sólo podía seguir su lucha con el apoyo extranjero, en concreto con tropas españolas. En la bahía de Kinsale próxima a Cork, desembarcaron más de 4.000 hombres mandados por Juan del Águila. Advertidos del asedio inglés a esta ciudad, O'Donnell y O'Neill desplazaron sus fuerzas en pleno invierno hasta ese punto.
Así, en enero de 1602, se libró la batalla de Kinsale, donde las fuerzas hispano irlandesas fueron derrotadas no sólo por la superioridad táctica del ejercito británico, sino por la falta de entendimiento entre los sitiados españoles y las tropas irlandesas.
Hugh O'Donnell, ante esta situación, decide partir hacia España y llega a La Coruña, donde fueron recibidos con grandes honores por el arzobispo de Santiago y fundó un colegio irlandés. En septiembre de ese año, mientras estaba inmerso en la reorganización de su regreso a Irlanda, se desplazó a Valladolid para entrevistarse con el rey Felipe III, con vistas a lograr nuevamente su apoyo para la empresa.
Mientras realizaba el viaje, falleció víctima de una infección generalizada el 10 de septiembre en el castillo de Simancas, actual Archivo Histórico Nacional. Sus restos fueron sepultados en el convento de San Francisco, desaparecido en el siglo XIX como consecuencia de la desamortización, donde también expiró Colón en 1506. Por su valentía y compromiso con la fe católica, es un personaje clave en la historia de Irlanda al que se ha rendido culto desde su muerte.