El Museo Patio Herreriano presenta la obra de los artistas vallisoletanos Guerra y Doctor Juanpa
La muestra se podrá visitar de forma gratuita hasta el domingo 24 de abril
La muestra se podrá visitar de forma gratuita hasta el domingo 24 de abril
La concejala de Cultura y Turismo, Ana Redondo ha presentado la muestra "Cortocircuito" de los artistas vallisoletanos Guerra y Doctor Juanpa que se exhibirá en la sala 0 del Museo Patio Herreriano.
Esta es la quinta exposición de artistas locales que este año se presentan en el Museo de las ocho muestras de creadores vallisoletanos que podrán contemplarse.
Los dos grandes creadores vallisoletanos de dos generaciones diferentes han sabido trabajar con pasión durante los últimos meses en el proyecto que se ha presentado hoy.
La exposición es una propuesta entorno a dos formas de mirar, de entender esos exteriores interiorizados a través de filtros tan personales como radicalmente divergentes que de seguro procurarán al observador una especie de gran chispazo interior, una controversia que esperamos enriquezca sus referentes.
Guerra y Doctor Juanpa
Guerra se ha dado a conocer tanto en las paredes de nuestra ciudad, con la cartelería cinematográfica como en El Norte de Castilla y, especialmente en el suplemento cultural La Sombra del Ciprés.
Doctor Juanpa proyecta su trabajo al mundo de la música en especial a la cartelería musical y sus creaciones son apreciadas no solo en su entorno más próximo si no que ha roto los exigentes muros de la cultura popular underground y llega con éxito al mundo anglosajón y en concreto al difícil mercado norteamericano.
Como ellos mismos señalan, Lo que tienen en común estos dos dibujantes es que no tienen nada en común.
Jose Jimenez Lozano señala que "Pedro Sainz Guerra, fue durante bastantes años compañero mío en "El Norte de Castilla" como redactor dibujante o ilustrador de noticias o artículos con los que más, menos o en absoluto estaba de acuerdo o desacuerdo, o como producidos en otro planeta, y además al practicar la caricatura, tenía que tener ojos para la distorsión; pero, como se sentía dibujante, él mismo ha subrayado que ha pesado lo suyo esta dedicación caricaturista.
Sin duda, ha sido así, aunque solamente él pueda medir en qué amplitudes y con qué peso, pero nosotros podemos juzgar, desde luego, su mirada, pongamos por caso con respecto a la talentosa composición del retrato de Orson Welles o el extraordinario tratamiento vertical que ya es una personalización en sí misma, como en el retrato de Samuel Beckett. En un dibujo siempre nos encontramos con otros ojos que nos fuerzan o acomodan a mirar de otra manera lo que conocemos en la realidad, y ese "plus" que pone el dibujante y que no siempre sabemos dónde está. Y pongamos por ejemplos las plumillas que Sainz Guerra hizo de Ávila, hace bastantes años, para un libro sobre la ciudad. Tienen un encanto que no tuvieron nunca las viejas plumillas del XIX también sobre ella, aun siendo de estupendos dibujantes por cierto, pero miraron a la ciudad de un modo solemne y descriptivo de bellezas arquitectónicas.
Sainz Guerra dibuja, por el contrario, el famoso trozo de muralla que recubre el ábside de la catedral, y es un dibujo realista pero no nos resulta monumental; de manera que parece un capricho del dibujante, y así, en otro sentido, el otro dibujo que representa la distribución de la ciudad romana en grandes vías urbanas o calles cumple con esta función práctica aclarando el texto, pero lo que vemos en el dibujo es como un plano misterioso en pergamino, que tiene las señales de dónde se encuentra el tesoro.
Y, entonces, cuando Pedro Guerra dibuja retratos estamos en el mismo supuesto de la pintura en el caso del retrato o del paisaje, aunque con muchos menos elementos y menos llamativos como la ausencia de color, pero con la soberbia plenitud que ha mostrado la historia del arte en los dibujos para grabados o los carboncillos, los lápices y las plumas. El retrato en su aceptación normal, no el retrato formalizado de los hombres del poder –estatuas ciegas para rostros nobles o ennoblecidos o retratos de Corte que precisan mostrar "autoridad y majestad"- nace en su más exigente sentido de la búsqueda, captación y revelación del "yo" aunque estas diversas representaciones artísticas del poder queden también personalizadas, pero no en su "yo" sino en su oficio público. Un retrato es un "yo", como digo, e incluso si no conocemos al retratado nos percatamos de que estamos ante alguien; esto es, de una presencia. Podemos decir, entonces, que Sainz Guerra, tenía en casa su grupo de gente para él conocida y cercana, muchos de cuyos individuos reconoceremos nosotros, y los presenta ahora en esta copiosa exposición. Sin duda estos personajes han tenido alguna relación con el dibujante, aunque haya sido a través de su obra, y entonces no tiene nada de extraño que la inmensa mayoría de estos retratos pertenezcan a personas y personajes del mundo de la literatura y del cine, del que el dibujante ha sido un gran conocedor y enseñante. Y reconocer a algunas de estas personas de las que, una vez siquiera oímos hablar o cuya obra vimos, leímos o escuchamos será no sólo una alegría, sino también la experiencia de un reencuentro de cada uno como cada uno, y de cada cual, con otro "yo". Tanto es el poder de un "yo" pintado o dibujado."
Doctor Juanpa es Juan Pablo Celestino Sanz, ilustrador nacido en Valladolid en 1979. Sus influencias son autores como Jacques Tardi, Bill Watterson, Juan López Jan, Alexander Rodchenko o Jeremy Fish y movimientos como la Secesión Austriaca o el Low Brow aunque la mayor de todas es su pasión por la música. Pese a que toca otros ámbitos como el editorial o el publicitario, su trabajo se centra mayoritariamente en la industria musical, dando servicio a bandas y artistas a través de la creación de arte para discos, merchandising y sobre todo del diseño de GIGPOSTERS o carteles de conciertos.
Su labor ha traspasado nuestras fronteras, colaborando con bandas, festivales y promotoras nacionales e internacionales, en especial en Estados Unidos, donde los carteles de conciertos constituyen un gran fenómeno artístico que suscita devoción entre fans de bandas y coleccionistas de arte, y donde se encuentran los mejores diseñadores de esta disciplina.
Gigposter
Esta exposición muestra una amplia selección de carteles realizados desde 2012 hasta la actualidad para bandas y artistas de los más diversos estilos como NAS, Jurassic 5, Cypress Hill, Method Man, Jill Scott, DEL The Funky Homosapien, Víctor Wooten, De La Soul, The Bellrays, GriZ, Michael Franti, Macklemore, The Jayhawks, Pond, Run The Jewels, Blind Melon, Fishbone o Slightly Stoopid.
A través de la ilustración, el collage y otras herramientas, el gigposter atrapa la esencia de un concierto determinado a través de tiradas serigrafiadas de edición limitada que dotan de valor añadido al propio espectáculo. Además ha de tener un importante poder de reclamo y va mucho más allá de soluciones rápidas y baratas que por desgracia estamos acostumbrados a ver, léase: Foto de la banda, nombre enorme y un montón de información dudosamente emplazada.
El gigposter contemporáneo tiene sus orígenes en la costa oeste de Estados Unidos durante los años 60, bajo la influencia del movimiento de la contracultura a través de la música ye l rock. Primero en un pequeño local de Nevada llamado The Red Dog y más tarde el colectivo Family Dog y las míticas salas The Fillmore y Avalon Ballroom contaron con grandes diseñadores como Alton Kelley, Stanley Mouse, Wes Wilson, Rick Griffin y el español Víctor Moscoso, que con sus geniales posters sentaron las bases del cartel musical moderno.
Hoy en día artistas como DKNG Studios, Drew Millard, Dan Stiles, Jay Ryan, Emek, Jason Munn, Tara Mc Pherson, Jermaine Rogers o Michael Hacker han recogido notablemente el testigo.
En España desde hace años cada vez hay mayor auge del gigposter como elemento de reclamo y coleccionismo y pueden verse por las calles carteles de artistas como Abel Cuevas, Álvaro Fly Factory, Error Design, Münster Studio, Sr. Gómez y Srta. Swallow o Mik Baró.
En la muestra también se pueden encontrar colaboraciones en revistas musicales, portadas de discos y merchandising de bandas, como camisetas, pins, bolsos, etc. Se completa con otros ejemplos de trabajo ilustrativo como marcas de cerveza, libros, así como bocetos y originales a tinta, que son la base del proceso de trabajo llevado a cabo, complementado con medios digitales como tabletas digitalizadoras y programas de diseño.
"La lista de objetos en los que una banda puede estampar su jeto hoy en día es interminable. Pero pocos conjugan de forma tan especial lo irrepetible de la experiencia en vivo con el fetichismo del objeto físico como los posters de conciertos- Roger Estrada, Ruta 66 (01-11)".