Inaugurada la exposición “Cazando imágenes. Fotografías de Francisco Ontañón para El libro de la caza menor de Miguel Delibes
Se puede visitar en la Casa Revilla hasta el próximo 7 de abril
Se puede visitar en la Casa Revilla hasta el próximo 7 de abril
Esta mañana se ha inaugurado en la Sala Municipal de Exposiciones de la Casa Revilla, la muestra "Cazando imágenes. Fotografías de Francisco Ontañón para El libro de la caza menorde Miguel Delibes"; en un acto que ha contado con la asistencia de la concejala de Cultura y Turismo, Ana María Redondo; el presidente de la Fundación ‘Miguel Delibes’, Javier Ortega; y Elisa Delibes, hija del escritor.
La exposición producida por la Fundación Miguel Delibes y comisariada por José María Parreño, está compuesta por una selección de cuarenta fotografías del alrededor de trescientas cincuenta que Francisco Ontañón realizó, entre 1961 y 1963, acompañando a Miguel Delibes y su cuadrilla. Ciento veinte fotografías ilustraron la obra de Miguel Delibes El libro de la caza menor, publicada en 1964, un libro "al que el fotógrafo Francisco Ontañón ha exornado con unas ilustraciones vivas, de una elocuencia, de una expresividad, muy poco frecuentes", escribió el propio Delibes en el prólogo.
De las cuarenta fotografías que aquí se exponen, trece aparecieron en la obra publicada por la editorial Destino y algunas otras guardan cierta similitud con las que finalmente seleccionaron escritor y fotógrafo; en cualquier caso, más de la mitad de estas cuarenta fotografías ven ahora la luz por primera vez. Se trata de imágenes que muestran gentes y paisajes de la España de los años sesenta; cazadores que preparan su jornada o, ya en acción, recorren el campo en busca de piezas; hombres, mujeres, niños enmarcados en ambientes rurales… Imágenes que rescatan para el presente los paisajes, el entorno rural y la sociedad agraria de la época.
La exposición se completa con una selección bibliográfica, correspondencia, recortes de prensa y objetos personales de caza del escritor".
Miguel Delibes, uno de los nombres imprescindibles en la novela española de la segunda mitad del siglo XX, es también uno de los autores españoles más leídos y más traducidos. Profesor, periodista, cazador, padre de siete hijos, ecologista avant la lettre…, Delibes escribió sin apenas darse tregua. Cerca de sesenta títulos —novelas, cuentos, libros de viajes, obras sobre caza y pesca, títulos dedicados a los niños, un diario, algunos ensayos y multitud de artículos periodísticos— forman la obra de un autor comprometido con los problemas de su tiempo, gran conocedor de Castilla, amante de la naturaleza y dotado de un prodigioso dominio de la lengua.
La muerte, la infancia, la naturaleza y los problemas sociales aparecen como temas constantes en la narrativa de este escritor que alternó siempre literatura y periodismo y que no dudó en servirse de la ficción cuando la censura franquista le impidió denunciar en El Norte de Cas- tilla —periódico al que estuvo ligado toda su vida y del que fue director entre 1959 y 1963, año en que presentó su dimisión— los problemas más acuciantes del campo castellano. Elegido miembro de la Real Academia Española en 1973, Miguel Delibes dedicó su discurso de ingreso a lanzar un mensaje de alerta ante la destrucción del medio ambiente, al tiempo que defendía un progreso basado en la relación equilibrada y armónica entre hombre y naturaleza.
Los numerosos premios institucionales recibidos por Miguel Deli- bes (Premio Príncipe de Asturias 1982, Premio de las Letras Españolas 1991, entre otros) culminaron con la concesión, en 1993, del prestigioso Premio Cervantes, el más importante galardón de las letras hispanas. Pero quizá el mejor de todos los premios fue el cariño y la fidelidad de unos lectores que puntualmente acudían a la cita cada vez que el autor volvía con un nuevo libro, fuera o no novela. Hombre de fidelidades —a sus ideas, a sus amigos, a su tierra—, pesimista por naturaleza y buen conocedor de los problemas de su época, Miguel Delibes afirmaba que él no era un intelectual, pero su actitud y sus escritos son buenos testimonios de una postura crítica mantenida a lo largo del tiempo: la preocupación ética está siempre presente en el autor castellano, un decidido defensor de la dignidad y libertad humanas que nunca dudó en tomar partido por los personajes sencillos que pueblan su obra, víctimas por lo general de la historia que les ha tocado vivir.
Huérfano de resultas de la guerra civil, se vio obligado a ganarse la vida desde niño. Mientras trabajaba en un banco, descubrió casualmente la fotografía al visitar una agencia de publicidad. Ingresó como aficionado en la Agrupación Fotográfica de Cataluña en 1956. En 1958 se hizo socio de Afal (Agrupación Fotográfica Almeriense), que abanderaba la re- novación de la fotografía en España. Trató de abrirse paso como reportero por cuenta propia, pero sin lograr buenos resultados. En 1959 se profesionaliza y empieza a trabajar en la recién creada Europa Press.
Se instala en Madrid. Traba conocimiento con un grupo de fotógrafos de la Real Sociedad Fotográfica y con ellos funda "La Palangana", integrada inicialmente por L. Cantero, G. Cualladó, P. Gómez, R. Masats y J. Rubio Camín (Ontañón es el autor de la fotografía del mencionado recipiente con los seis retratos de sus miembros, que se convertirá en su tarjeta de presentación). "La Palangana" es el núcleo de lo que posteriormente se llamaría Escuela de Madrid, que impulsó un cambio de rumbo en la fotografía madrileña, hasta entonces dominada por el pictorialismo y la fotografía de salón. Ontañón trabajó como fotoperiodista para La Actualidad Española, la agencia Picadilly Press, distintas revistas del Grupo Codex y, desde 1981, para el suplemento dominical de El País.
Desde mediados de los sesenta, por razones profesionales, realizó re- portajes en lugares poco frecuentes para la época, como Asia y África (en este caso acompañando a F. Rodríguez de la Fuente). En 1968 inició una colaboración con el Ministerio de Información y Turismo que se prolongará durante más de cuarenta años. Culminó esta labor con la realización de las fotos del libro conmemorativo de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992. Es autor de las fotografías de un importante número de libros de arte, folclore y turismo, así como de cubiertas de libros y de discos. Entre sus colaboraciones con escritores destacan la realizadas con Delibes (El libro de la caza menor), Luis Carandell (Vivir en Madrid), Joan Perucho y otros (Catalonia), Alfonso Grosso (Los días iluminados) y Fernando Fernán-Gómez (Imagen de Madrid y Tejados de Madrid).
Su primera exposición individual tuvo lugar en 2006, comisariada por Laura Terré, en el Palau Robert (Barcelona). A esta le siguieron Más que niños (Galería arteSonado, La Granja de San Ildefonso, 2012) y Lo social y lo humano (Galería ValidFoto, Barcelona, 2013).
Ha participado en un sinfín de exposiciones colectivas, la primera en la Agrupación Fotográfica de Cataluña (1957). Destacan Fotografia catalana dels anys cinquanta (1982), 150 años de fotografía en España (1998), Seis fotógrafos de la Escuela de Madrid (1988), Tiempo de silencio. Panorama de la fotografía de los años 50 y 60 (1992), La Escuela de Madrid: fotografía 1950-1975 (2006), Mirades paral.leles: la fotografía realista a Itàlia i Espanya (2006), España Contemporánea. Fotografía, pintura y moda (Madrid, 2013), Joan Colom. Fotografías 1957-2010. Yo hago la calle (2013) y La Palangana (2014).
Entre los galardones recibidos destacan el Premio Nacional Meliá de Periodismo Gráfico por un reportaje sobre el Coto de Doñana (1972), el Premio de Arte y Tradiciones Populares del Ministerio de Cultura (1982 y 1983) y el Premio Internacional Ortiz Echagüe (1985).
Sus fotografías forman parte de la Colección Permanente del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
La exposición permanecerá abierta hasta el día 7 de abril de 2019, siendo la entrada gratuita.