Las portadas de Vogue y Vanity Fair de Eduardo García Benito, en la Casa Revilla
• El alcalde inauguró la exposición, que estará abierta al público hasta el 30 de agosto
• El alcalde inauguró la exposición, que estará abierta al público hasta el 30 de agosto
La Sala Municipal de Exposiciones de la Casa Revilla, en la calle Torrecilla, 5, acoge desde hoy y hasta el 30 de agosto, una serie de portadas diseñadas para Vogue y Vanity Fair por el artista vallisoletano Eduardo García Benito, muestra que podrá visitarse de martes a domingos, festivos incluidos, de 12 a 14 y de 18:30 a 21:30.
Las legendarias VOGUE y VANITY FAIR han sido lectura obligatoria de la élite y de la clase más apasionada por la moda durante cerca de un siglo. Condé M. Nast, fundador de la empresa, coleccionó formidables talentos artísticos y editoriales, y en los años 1920, el Sr. Nast afirmó que ninguno de ellos tenía el talento de Benito.
La exposición presenta medio centenar de portadas diseñadas por el creador vallisoletano para estas revistas, algunas, entre las más memorables de los años ’30 y ’40, para las que utilizó muchos y diferentes estilos.
El de mayor impacto fue su uso de formas geométricas icónicas y altamente estilizadas inspiradas por movimientos como el Cubismo, el Constructivismo y los rostros de estilo africano de Modigliani.
Las figuras austeras y esculturales de Benito no sólo dieron forma al estilo y espíritu Art Déco, sino que también crearon un nuevo ideal de moda americana.
Eduardo García Benito nació en Valladolid, en 1891. En 1912 recibió una beca del Ayuntamiento de Valladolid, para estudiar en L’Ecole de Beaux-Arts en París, que en esos momentos era un hervidero creativo.
El alcalde de Valladolid, Oscar Puente, que inauguró la exposición junto a la concejala de Cultura, Ana Redondo, destacó que "el alcance y la relevancia de la obra de este vallisoletano internacional merece mucho de nuestro tiempo y nuestra atención", recordando que el Ayuntamiento de Valladolid influyó decisivamente en el desarrollo de su trabajo, gracias a la beca con la que pudo viajar como pensionado a París para completar su formación.
Puente afirmó que "ahondar en su obra, en todos los rincones de su creación, no puede sino enriquecernos y llenarnos de admiración y respeto", y al tiempo lamentó que la ciudad no supiera aprovechar la oportunidad que el propio artista brindó a Valladolid en 1955, cuando ofreció sus más de trescientos dibujos originales y cien óleos para constituir el primer fondo de un Museo Municipal de Arte Contemporáneo que él veía en la actual Sala Municipal de Exposiciones del Museo de Pasión.
El alcalde señaló que esta es la oportunidad de "recuperarle para nuestro disfrute, y ojalá para el estudio y la investigación".