El mal uso de toallitas y otros residuos sólidos arrojados al retrete suponen más de cincuenta mil euros anuales al Ayuntamiento
Aquavall conmemora el Día Mundial del Retrete recordando que 4.200 millones de personas en el mundo carecen de servicios seguros de saneamiento, siendo uno de los Objetivo de Desarrollo Sostenible
Aquavall se suma a la conmemoración del Día Mundial del Retrete 2020 impulsado por las Naciones Unidas (ONU) para concienciar la ciudadanía del so responsable de la red de saneamiento con el objetivo de lograr una mayor eficiencia y aprovechamiento, estrechamente relacionado con el cambio climático. Según explica la presidenta de la entidad y concejala de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, María Sánchez, el incorrecto vertido de residuos sólidos a los retretes vallisoletanas, principalmente toallitas desechables, supone más de 51.000 euros anuales al Ayuntamiento de Valladolid.
"Esta iniciativa persigue concienciar desde lo local el fomento de un uso responsable de la red de saneamiento, con el objetivo de lograr una mayor eficiencia y aprovechamiento" subraya la concejala, siendo este uno de los objetivos que se ha perseguidos desde la remunicipalización del ciclo integral del agua en 2017. "El inodoro no es una papelera", advierte María Sánchez, "muchas de las averías que se producen en la red de saneamiento están causadas por tirar toallitas al váter".
La Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Valladolid, depura 123.000 metros cúbicos al día, lo que supone 45 millones de metros cúbicos anuales devueltos al río Pisuerga en perfectas condiciones para empezar de nuevo el ciclo del agua. Según los datos que ofrece la empresa pública municipal Aquavall, en Valladolid cada día se retiran algo más de 4.500 kilos de residuos sólidos, de los que un gran porcentaje son toallitas y similares.
Esta cantidad acumulada a lo largo del año supone casi 1,7 toneladas de residuos sólidos vertidos incorrectamente desde los retretes de los hogares o empresas vallisoletanas. Esto supone más de 51.000 euros anuales para las arcas públicas, además del coste de personal que se ocupa de retirar estos residuos.
El derecho humano al agua y al saneamiento está reconocido por la Asamblea General de las Naciones Unidas desde 2010, siendo además el sexto de los Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) englobados en la Agenda 2030. Sin embargo, 4.200 millones de personas en todo el mundo carecen de servicios de saneamiento gestionados de forma segura.
Aquavall sigue demostrando su compromiso con los ODS, habiendo hecho público durante este año su primer informe de contribución a la consecución de estos compromisos. La empresa pública municipal se convirtió así en referente dentro del sector en Castilla y León, aplicando acciones y políticas comprometidas con un desarrollo sostenible en todos sus ámbitos de actuación.
Un saneamiento sostenible, junto con agua potable e instalaciones para lavarse las manos, es esencial para ayudar a proteger y mantener la seguridad de la salud y detener la propagación de enfermedades infecciosas, en ocasiones mortales, como la COVID-19, además de otras como el cólera y la fiebre tifoidea.
Saneamiento sostenible y cambio climático
El cambio climático se sigue agravando. Las inundaciones, la sequía y el aumento del nivel del mar amenazan los sistemas de saneamiento, desde los inodoros hasta las fosas sépticas y las plantas de tratamiento. Las inundaciones pueden contaminar los pozos utilizados para el agua potable o pueden dañar los inodoros y esparcir los desechos humanos a las comunidades y cultivos alimentarios, siendo un importante foco de enfermedades.
El saneamiento sostenible comienza con un inodoro que capture de manera efectiva los desechos humanos en un entorno seguro, accesible y digno. Luego, los desechos se almacenan en un tanque, que puede ser vaciado más tarde por un servicio de recolección o transportado por tuberías.
La siguiente etapa es el tratamiento y la eliminación segura. La reutilización segura de desechos humanos ayuda a ahorrar agua, reduce y captura las emisiones de gases de efecto invernadero para la producción de energía y puede proporcionar a la agricultura una fuente confiable de agua y nutrientes.
Declaraciones de la concejala de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, María Sánchez: