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- El equipo de arqueólogos descarta que las basas de piedra caliza aparecidas recientemente procedan de la antigua ermita de Nuestra Señora del Val y San Eloy
Las obras de excavación del subsuelo del Mercado del Val que se están llevando a cabo en estos momentos dentro de la rehabilitación y adaptación del inmueble, promovidas por el Consorcio del Mercado del Val, incluyen un control arqueológico intensivo de todas aquellas remociones y movimientos de tierras ejecutadas en su interior, con el fin de consignar, documentar y evaluar cualquier vestigio o evidencia del pasado de la ciudad.
Entre el 26 y 31 de marzo se excavó, en la zona centro-oriental del mercado, concretamente en las proximidades de las puertas de las calles Sandoval y Francisco Zarandona, con un corte de excavación entre las cotas de -2,40 y -5 metros, hasta alcanzar la base de cimentación del nuevo sótano proyectado en el interior del inmueble. Así lo explica el arqueólogo Jesús Carlos Misiego, del equipo Strato contratado por el Consorcio del Mercado del Val.
Este frente lo forman mayoritariamente tierras variopintas, arcillas de distintas tonalidades y tongadas horizontales, con abundante material constructivo en su composición (teja, piedra caliza), además de algunos materiales arqueológicos diversos (cerámica, hueso), procedentes de las diferentes colmataciones efectuadas en la segunda mitad del siglo XIX para rellenar y urbanizar el espacio ganado al cauce del ramal norte del río Esgueva tras la ejecución de la obra de cubrición de su cauce, una cloaca urbana construida mediante un doble mampuesto de piedra caliza y una cubierta abovedada de ladrillo macizo, que discurre bajo la calle Sandoval.
En esta zona y en ese corte, junto a otros muchos materiales constructivos informes, se han recuperado seis basas de piedra caliza, cinco de ellas de forma troncopiramidal y una de sección cilíndrica. No se encontraban asociadas a estructura alguna, apareciendo en un contexto estratigráfico propio de un relleno intencionado, y se desconoce la procedencia de estas piedras, aunque muy probablemente pertenezcan a un patio o zona de soportales, que llegaran a este lugar dentro de los transportes de tierra y material utilizados para la colmatación
Elementos documentados y acopiados
Los citados elementos han sido documentados sus zonas de aparición y posteriormente se han acopiado al exterior del mercado, a la espera de tomar una decisión sobre ellas. Con respecto a lo señalado hoy en un diario local, no se puede determinar con precisión alguna que procedan de la cercana ermita de Nuestra Señora del Val y San Eloy, ya que se ignora cómo era el interior de ese inmueble.
En la ficha nº 43 del catálogo arqueológico del término municipal de Valladolid, integrada en el vigente Plan General de Ordenación Urbana viene reflejada esta construcción, con la referencia siguiente: "Fue construida bajo la advocación de San Eloy en 1547. Sainz Guerra apunta que pudo haberse levantado sobre las ruinas de la Sinagoga de la Judería vieja. En 1610 se llevó una imagen de Nuestra Señora del Val, a la cual se consagró la ermita. En 1868 se derribó para realizar el ensanche de la calle. Se situaba en la actual calle de Francisco Zarandona, en la proximidad con la confluencia con las calles Conde Ansúrez y Zapico, en un espacio abierto".
Algunos restos de sus paramentos, muy deteriorados, se reconocieron durante el control arqueológico de las obras de urbanización de la zona de El Val y la calle Francisco Zarandona, mientras que en la esquina nororiental del mercado del Val, en las fases iniciales de obra. Este muro, muy maltrecho y aislado de otras edificaciones, fue convenientemente documentado por este equipo arqueológico.