Grandes creadores del Arte Pop internacional se presentan en una exposición única en el Museo Patio Herreriano
Las obras proceden de la colección del IVAM de Valencia
Las obras proceden de la colección del IVAM de Valencia
Las salas 3, 4 y 5 del MUSEO PATIO HERRERIANO presentan desde hoy lunes, 4 de septiembre, la exposición "ARTE POP en la Colección del IVAM", que ha sido presentada por la concejala de Cultura y Turismo, Ana María Redondo.
Obras de ANDY WARHOL, RICHARD HAMILTON, JASPER JOHNS, DONALD JUDD, ROY LICHTENSTEIN, CLAES OLDENBURG, RAUSCHENBERG, GERHARD RICHTER, FRANK STELLA, o de los españoles EDUARDO ARROYO o el EQUIPO CRÓNICA pueden verse en esta muestra producida por el MUSEO PATIO HERRERIANO.
Los fondos de Arte Pop en la colección del IVAM, de los que podría afirmarse que son uno de los más destacados de Europa, se centran en la contribución europea al Pop, complementándola con ejemplos de arte norteamericano e incluyendo tanto a algunos predecesores de este estilo como a creadores deudores de su legado. La colección abarca un buen número de las diferentes posiciones artísticas, agrupándolas de forma flexible bajo lo que sería una interpretación amplia del término Pop.
La colección del IVAM propone una mirada amplia y exhaustiva sobre el Arte Pop y la presencia de su legado en la creación contemporánea más reciente. Su enfoque se centra en aquellos artistas que influyeron en el desarrollo de la creación de vanguardia en España, incluyendo la importante contribución realizada por los propios artistas españoles a esa 'tendencia'. Y hablamos de tendencia por la existencia de diversas manifestaciones internacionales del Arte Pop que tuvieron lugar simultáneamente en países diferentes más que de algo irradiado desde un origen único.
El Pop Art no fue nunca un movimiento programático dirigido por un grupo coherente que expresara su posición en manifiestos, sino más bien un nexo entre grupos y posiciones críticas diferentes que recurrieron a la imagen de la producción masiva como punto de partida y que presentan variaciones significativas según cual fuera su contexto geográfico y cultural.
Aunque en muchos aspectos es heredero de las vanguardias históricas, el Pop brinda uno de los primeros ejemplos de práctica artística posmoderna gracias, precisamente, a la apropiación que realiza de imágenes ya existentes. El collage y el fotomontaje constituyen, junto con los ready-mades de Marcel Duchamp u obras similares o creaciones del Surrealismo, importantes antecedentes artísticos.
De hecho, una serie de artistas Pop fueron directamente vinculados a ese último movimiento (Jasper Johns, Robert Rauschenberg, Hervé Télémaque). Pero, por encima de cualquier otra cosa, el Pop fue fruto del crecimiento de la sociedad de consumo registrado en las décadas de los años cincuenta y sesenta del pasado siglo: la nueva realidad que centró la atención de la generación más joven.
Sin embargo, el pop norteamericano surge de un modo espontáneo, sin grupo ni manifiestos, sin programa, como un conjunto de individualidades que se conectan de manera casual a través de las primeras exposiciones que dan cuenta del fenómeno. En sus aproximaciones a la cultura popular del consumo, sus figuras, personajes y productos, hay una apropiación sistemática y una conversión en iconos a través de una operación visual que consiste en trasladarlos desde el contexto banal de la cotidianeidad al territorio del cuadro, la exposición, el museo, que en definitiva los conduce a la cultura.
LA IMPORTANCIA DE LA IMAGEN
El arte pop fue un importante movimiento artístico del siglo XX caracterizado por el empleo de imágenes de la cultura popular tomadas de los medios de comunicación, tales como anuncios publicitarios, comic books, objetos culturales «mundanos» y del mundo del cine. El arte pop, buscaba utilizar imágenes populares en oposición a la elitista cultura existente en las Bellas Artes, separándolas de su contexto y aislándolas o combinándolas con otras, además de resaltar el aspecto banal o kitsch de algún elemento cultural, a menudo a través del uso de la ironía.
El movimiento como tal surgió a mediados de los años 1950 en el Reino Unido y a finales de los años 1950 en los Estados Unidos con diferentes motivaciones. En Estados Unidos marcó el regreso del dibujo del tipo Hard edge (traducido como «dibujo de contornos nítidos») y del arte representacional como una respuesta de los artistas al utilizar la realidad mundana e impersonal, la ironía y la parodia para contrarrestar el simbolismo personal del expresionismo abstracto.
Son las ciudades de Londres y de Nueva York las primeras en tener constancia de esta nueva forma de arte popular. En la primera de ellas, aparece hacia mediados de los años 50 y es a finales de esta época cuando comienza a aflorar en Estados Unidos, lugar desde el que se exporta, años más tarde, a Canadá y Europa.
Esta corriente artística de la etapa modernista realza el valor de la cotidianeidad. De este modo, a través de imágenes y representaciones de objetos populares intenta retratar la realidad del momento. Un presente que caminaba ya hacia un cambio cultural que se desarrollaría en los años posteriores, principalmente en la década de los 60, años en los que el Pop Art alcanza su máximo auge.
Se centra, sobre todo, en imágenes fáciles de identificar y de reconocer, elevándolas hasta la valoración de arte, haciendo de éste algo accesible a toda la sociedad, pues ya no se trata de un universo al que sólo podía accederse acudiendo a los museos.
Aunque cada país alberga unas características propias que diferencia su corriente de Arte Pop de la de otros, lo cierto es que, de una forma o de otra, todas están ligadas a la cultura estadounidense, ya se vista desde dentro o desde fuera.
El Pop Art se desarrolla dentro de la cultura de masas y del marco del capitalismo y la reproducción industrial. Lo que significa que las obras surgidas dentro del mismo, estarían influenciadas, en cierto modo, por ambas corrientes. Así, podría decirse que estamos frente a un arte "reproducible", haciendo que todo el mundo pueda acceder a él y conocerlo.
Las obras nacidas al abrigo de esta corriente, se basan, principalmente, en la carga visual y el lenguaje figurativo. Sus artistas introducen en sus trabajos, como hemos dicho, temas cotidianos y populares, como botellas de refresco. Por otro lado, las imágenes del tebeo, del cine, de las revistas, de los periódicos y, sobre todo, de la publicidad, son una gran aportación para el desarrollo del Pop Art. Además, no hay que olvidar el tono humorístico e irónico del que se cargan estas obras.
En su elaboración encontramos todo tipo de materiales, desde diferentes clases de pinturas como las ceras o el óleo, hasta otros elementos como las fotografías, por ejemplo. Es muy común la utilización de técnicas como la yuxtaposición, el collage o el foto-montaje, seguramente influencia directa del dadaísmo. Si bien, hay que tener en cuenta que cada autor se crea una estilo personal y seña de identidad.
La exposición podrá ser visitada hasta el 5 de noviembre de 2017, siendo la entrada gratuita.