Descripción


Esta Jornada sobre Calidad del Aire que organizó la Red Española de Ciudades Saludables, la Plataforma por el Aire Limpio y el Ayuntamiento de Valladolid, contó para su inauguración con la presencia del alcalde, Óscar Puente, a quien acompañaron la vocal de la Plataforma por el Aire Limpio y directora general de UNESA, Paloma Sevilla, y el secretario general de la Federación Española de Municipios y Provincias, Carlos Daniel Casares.


Uno de los objetivos prioritarios de la Red Española de Ciudades Saludables, y de la propia FEMP en materia de promoción de la salud, tiene que ver con la coordinación con las diferentes Administraciones Públicas en todas aquellas actuaciones que inciden en las políticas locales de promoción de la salud, y, en definitiva, en el fomento del bienestar de la ciudadanía.

Pero hay que destacar que, como en el caso de este encuentro, también es muy positiva la colaboración público-privada en esos ámbitos.


La celebración de esta Jornada responde a la firma, en septiembre de 2018, de un acuerdo de colaboración entre la FEMP y la Plataforma por un Aire Limpio que tiene como propósito prioritario promover la toma de conciencia para la mejora de la calidad del aire en las ciudades.


La contaminación del aire supone un riesgo medioambiental extremadamente grave para la salud. Se estima que la contaminación del aire, tanto en las ciudades como en las zonas rurales, causa anualmente la muerte prematura de más de 6 millones de personas en todo el mundo.


Es cierto que la mayor parte de estas muertes prematuras se producen en países con ingresos bajos y medianos, principalmente de las Regiones de Asia y el Pacífico, pero las últimas estimaciones de la carga de morbilidad en Europa reflejan el importantísimo papel que desempeña la contaminación del aire en las enfermedades cardiovasculares.


Existe un consenso sobre los efectos que puede tener para la salud una mejora de la calidad del aire. En este sentido, según la Organización Mundial de la Salud se podría aumentar de 8 a 9 meses la esperanza de vida de los europeos si se mejorase la calidad del aire. Y esta mejora puede ser muy rápida si se implantan políticas públicas adecuadas.


Además, unas políticas activas sobre la calidad del aire reportan otros beneficios no directamente relacionados con la salud pero en absoluto desdeñables, como son la mejora del atractivo y la competitividad de la ciudad, el incremento del turismo, etc.


Abordar todos los factores de riesgo de las enfermedades no transmisibles -incluida la contaminación del aire- es fundamental para proteger la salud pública.


La mayoría de las fuentes de contaminación del aire exterior están más allá del control directo de las personas, y requieren de medidas por parte de las administraciones, así como de la implementación de normativas nacionales e internacionales en sectores tales como el transporte, la gestión de residuos energéticos, la construcción o la agricultura, entre otros.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible impulsados por las Naciones Unidas inciden reiteradamente en la necesidad de reducir sustancialmente el número de muertes y enfermedades producidas por productos químicos peligrosos y por la contaminación del aire, del agua y del suelo.


Aunque hoy día lo que llama la atención de los medios de comunicación y de la opinión pública son los episodios en los que se producen los picos de contaminación, la contaminación de fondo, esa a la que nos exponemos a diario, es la que resulta más perjudicial a largo plazo.


El alcalde, subrayó la importancia de que "desde la Red Española de Ciudades Saludables se promuevan actuaciones relacionadas con la mejora de la calidad del aire. Y que lo hagan también los Gobiernos Locales, que deben transmitir mensajes positivos sobre el impacto que tiene en la salud una mejora de la calidad del aire, en particular aquellos que demuestran que una modificación de los comportamientos individuales ejercerá un efecto positivo en la salud de todos. Porque las decisiones políticas nacionales y locales, pero también los comportamientos individuales, repercuten sin lugar a duda en la calidad del aire que respiramos".


Hace escasamente dos semanas, la Red Europea de Ciudades Saludables de la Organización Mundial de la Salud se dirigía a la Red Española de Ciudades Saludables, de la que forman parte 221 Entidades Locales que agrupan a cerca de 20 millones de habitantes, para trasladarnos su felicitación por la finalización exitosa de nuestra participación en su Fase VI y para agradecer nuestro compromiso con esa Red Europea durante 2014-2018.


Durante este periodo, tanto la Red Europea como la Red Española han celebrado su 30 aniversario. Treinta años del movimiento de ciudades saludables promoviendo una plataforma reconocida a nivel internacional de inspiración y aprendizaje para que las ciudades actúen juntas para mejorar la salud.


Durante estos últimos cuatro años, añadió Puente, "hemos trabajado activamente en torno a dos objetivos estratégicos, que fueron a su vez, los objetivos generales de la Fase VI: mejorar la salud para todos y reducir las desigualdades en salud, así como mejorar el liderazgo y la gobernanza participativa para la salud".

En la Jornada se ha querido expresar a Europa el interés de la Red Española de Ciudades Saludables por comenzar a trabajar la Fase VII, que se desarrollará entre 2019 y 2024. Continuarán, además, respaldando la implementación de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible y para lograr, de la mano de su principal aliado, el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, los siguientes tres objetivos generales de la Fase VII: fomentar la salud y el bienestar para todos y reducir las desigualdades en materia de salud; apoyar la implementación de las prioridades estratégicas de la OMS; y por encima de todo, predicar con el ejemplo.