Los autorretratos de la mítica fotógrafa estadounidense Vivian Maier llegan por primera vez a España
Podrán visitarse en las salas 1 y 2 del Museo Patio Herreriano
Podrán visitarse en las salas 1 y 2 del Museo Patio Herreriano
El Museo Patio Herreriano de Valladolid muestra por primera vez en España, los autorretratos de la mítica fotógrafa VIVIAN MAIER. El título de la exposición es VIVIAN MAIER. El Autorretrato y su doble, que ha sido presentada por la concejala de Cultura y Turismo, Ana María Redondo; y la comisaria de la exposición, Anne Morin.
Vivian Maier(Nueva York, 1 de febrero de 1926 - Chicago, 21 de abril de 2009), ejerció el oficio de niñera en NY y después en la ciudad de Chicago, desde 1950 y durante más de cuatro décadas.
Pasó una vida inmersa en el anonimato hasta reciente hallazgo, en 2007, de su corpus fotográfico: una inmensa obra, densa e imponente, compuesta de más de 120 mil negativos, muchas películas en súper8 mm, registros diversos, fotografías dispersas y de innumerables negativos aún hoy sin revelar. Esta pasión desbordante, la sitúa en nuestros días en el podio de los más grandes fotógrafos emblemáticos de la Street Photography y un hito en la Historia de este arte junto a Diane Arbus, Robert Frank, Helen Levitt o Garry Winogrand.
El descubrimiento casual de su obra, dado casi por perdido, como una "desfiguración", interviene casi como un contrasentido, el reverso de un destino en la vida de Vivian Maier, porque es gracias a esta revelación que una sencilla "nanny" se convertirá, de manera póstuma, en Vivian Maier, Vivian Maier la fotógrafa revelada.
En el conjunto de su obra, encontraremos temáticas recurrentes, como escenas de la calle, los retratos de personas anónimas, con los que ella pudo identificarse, el mundo de los niños que también fue el suyo durante mucho tiempo y cierta predilección por los autorretratos. Estos últimos son numerosos en el trabajo de Vivian Maier y se traducen a múltiples formas e infinitas variantes; se transforman casi en un lenguaje dentro del lenguaje. Un desdoblamiento.
Contrario a Narciso que perece en la contemplación de su propia imagen, el interés de Vivian Maier por el autorretrato se asemeja más bien a una búsqueda frenética, desesperada, de su propia identidad. Condenada a la invisibilidad, a una suerte de inexistencia por su condición y estatus social, producirá muy discreta y silenciosamente la prueba irrefutable de su presencia en este mundo, donde ella pareció no tener cabida.
LOS AUTORRETRATOS
No se trata de autorretratos clásicos en los que un autor posa frente a la cámara, sino de un sinfín de variantes en las que la fotógrafa aparece de la forma más sutil posible, incluso dejando sólo su sombra.
La exposición que se presenta de Vivian Maier en el Museo Patio Herreriano de Valladolid, por primera vez en España, demuestra por qué los autorretratos de Vivian Maier se constituyen un género en sí mismo y expresan a todas luces la compleja personalidad de la autora.
Sabemos que el interés de Vivian Maier por el autorretrato se asemeja a una búsqueda frenética y desesperada de su propia identidad. Condenada a la invisibilidad, a una suerte de inexistencia por su condición y estatus social, produce muy discreta y silenciosamente la prueba irrefutable de su presencia en este mundo, donde ella parece no tener cabida.
Los reflejos de su rostro en un espejo, su sombra que se expande en el suelo, o el contorno de su figura, hacen que cada autorretrato de Maier es una reafirmación de su presencia en ese lugar, en aquel instante".
La historia de Vivian Maier es sorprendente. Nacida en Nueva York, de madre francesa y padre austro-húngaro, dividió su tiempo entre Francia y Estados Unidos hasta que en 1956 se instaló en Chicago, donde se desempeñó el trabajo de niñera por más de cuatro décadas. Con una cámara colgada al cuello siempre que salía a la calle, tomaba obsesivamente fotografías, que nunca mostró a nadie. Fue un trabajo silencioso y anónimo. Llegó a juntar 100 mil negativos, además de 700 rollos en color y 2000 en blanco y negro sin revelar. Su obra fotográfica salió a la luz pública tras su muerte, luego de ser descubierta casualmente por el joven investigador John Maloof.
En el invierno de 2007, interesado en el patrimonio de su Chicago natal, Maloof subastó una caja de negativos por 380 dólares. Buscando fotografías, se encontró con un verdadero tesoro, producido por un ser fuera de toda escala. Al revisar la caja y comprender lo que tenía entre manos, Maloof investigó quién era la persona tras la cámara, un nombre desconocido en ese entonces, Vivian Maier. A principios de 2009, un obituario trajo la respuesta y también muchas nuevas preguntas.
La desbordante pasión por la fotografía sitúa en nuestros días a Vivian Maier en el podio de los más grandes fotógrafos emblemáticos de la Street Photography y un hito en la Historia de este arte junto a Diane Arbus, Robert Frank, Helen Levitt o Garry Winogrand.
Los autorretratos de Vivian Maier no podrían estar más lejos de la moda actual de "autofotos"; Sus obras están llenas de un fuerte sentido de la composición y narrativa pictórica: cualidades que uno no asocia con los momentos de autocomplacencia filmados en una cámara de teléfono inteligente.
Maier nunca esperó exhibir uno solo de sus autorretratos, sin embargo, todos ellos son más íntimos y atractivos por ese hecho. Ver a Maier observándose a sí misma es como un voyeurismo hasta el noveno grado.
LAS IMÁGENES DE VIVIAN MAIER
Una fotografía se piensa a menudo como un documento visual que revela algo al espectador. La magnitud de un desastre natural, la belleza de un paisaje o simplemente los momentos instantáneos de unas vacaciones. A través de lo que vemos, generalmente sentimos que obtenemos un conocimiento más profundo de lo que se muestra delante de nuestros ojos.
Podemos relacionarnos con los eventos o sentirnos cerca de las personas representadas. Sin embargo, en el caso de los autorretratos de Vivian Maier, lo contrario parece ser el caso.
Hay imágenes que muestran a Vivian Maier claramente con su Rolleiflex en la mano. Pero en la mayoría casi parece desaparecer, al menos a primera vista. Vivian Maier, la artista invisible, tan difícil de entender.
Ella, naturalmente, se confunde con lo que la rodea, escondiéndose para no llamar la atención; pero sin embargo ella siempre está ahí. A veces es un reflejo sutil en un escaparate. Entonces, de nuevo, aparece bellamente incorporada en un entorno de múltiples capas. O Vivian Maier aparece solo como una sombra, siluetas que se adentran misteriosamente en el marco. Autorretratos llenos de ingenio, humor y extraordinaria creatividad. Es como si el autor estuviera jugando a las escondidas con el observador: Atrápame si puedes. Es divertido perseguir a Vivian Maier, aunque siempre logra escapar cada vez que uno se siente cerca de agarrarla.
Las exposiciones se podrán contemplar hasta el 23 de abril de 2019.