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- Un total de 75 profesionales de diversa procedencia exhibe sus obras en este certamen anual, considerado uno de los de mayor prestigio de España
La Feria de Cerámica y Alfarería de Valladolid, que este año alcanza su 35 edición, ha acogido hoy la inauguración oficial del certamen -permanece abierto al público desde ayer- con un recorrido por el Paseo Central del Campo Grande al que han asistido el alcalde, Francisco Javier León de la Riva; la concejala de Cultura, Comercio y Turismo, Mercedes Cantalapiedra Álvarez, y la presidenta de la Asociación de Ceramistas Vallisoletanos (ACEVA), Carmen Ordóñez Sánchez.
En horario ininterrumpido de 11 a 22 horas y hasta el próximo domingo, los visitantes podrán conocer el material mostrado por un total de 75 expositores, dentro de un certamen anual que goza de gran prestigio y que organiza ACEVA, con el patrocinio del Ayuntamiento y la colaboración Diputación Provincial de Valladolid.
Del total de expositores, 49 ceramistas y alfareros provienen de cada una de las provincias de Castilla y León, mientras que los restantes veintiséis invitados procedentes de: Madrid, La Rioja, Castellón, Gerona, Alicante, Asturias, Barcelona, Cádiz, Cantabria y Portugal.
Taller de arcilla para niños
Asimismo la Feria acogerá un taller participativo para niños, con sesiones de mañana y tarde en horario de 11:30 a 13:30 horas y de 17:30 a 20:30 horas, impartido por ceramistas pertenecientes a la Asociación de Ceramistas Vallisoletanos (ACEVA), que enseñarán a los más pequeños a modelar con arcilla mediante procesos artesanales.
La Feria de Cerámica y Alfarería de Valladolid constituye uno de los espacios expositivos cerámicos de mayor magnitud organizados en España, dando a conocer un año más al visitante la oferta turística, patrimonial e histórica de Valladolid, ya que su tradición artesana es una de sus señas de identidad.
Los organizadores así consiguen que la artesanía sea sinónimo de trabajo bien hecho, reforzando el prestigio de la cerámica y la alfarería, sin olvidar su contribución a mantener una tradición que tuvo gran relevancia, y que hoy es objeto de promoción turística y comercialización, dentro de un sector cada vez más profesionalizado.