El pregonero de la Semana Santa 2023 reflexiona sobre tres conceptos: Honor, Responsabilidad y Orgullo
Francisco Fonseca Morillo pronuncia en la Catedral de Valladolid el Pregón que abre los actos de la Semana de Pasión
Francisco Fonseca Morillo pronuncia en la Catedral de Valladolid el Pregón que abre los actos de la Semana de Pasión
El tradicional Pregón con el que se inician los prolegómenos de la Semana Santa de Valladolid se ha celebrado en la Catedral, con el arzobispo, Luis Argüello; los miembros del Cabildo Catedralicio; los responsables de las Cofradías de la Semana Santa; el alcalde, Óscar Puente; los miembros de la Corporación Municipal; las autoridades de las distintas administraciones, y naturalmente los cofrades y fieles a la Semana de Pasión.
Intervención del alcalde de Valladolid
"En este quinto viernes de Cuaresma, en vísperas de la Semana de Pasión, nos hemos congregado un año más en la Santa Iglesia Catedral para asistir a la solemne lectura del Pregón que anuncia la Semana Santa. Se trata de una arraigada tradición en la que personas ilustres estrechamente vinculadas a la ciudad dan cuenta de su particular percepción de los actos en los que se relata la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo que tienen lugar durante esos días que, con indudable acierto, Miguel Delibes calificara como nuestra "Semana Mayor".
Constituye el Pregón, además, la antesala a las celebraciones propias de la Semana Santa que con fervor vivimos las gentes de esta tierra y que tanta admiración despiertan en quienes nos visitan; celebraciones en las que se conjugan a la perfección los componentes religioso y artístico, indisociables ambos como señas de identidad reconocibles de nuestra Semana Santa, de la que son protagonistas las inigualables tallas de madera policromada que presiden las emotivas procesiones que transfiguran las calles y plazas de Valladolid en un escenario único. Efectivamente, hay sobradas razones para poner el foco de nuestra Semana Santa en esas imágenes sin parangón que al procesionar convierten a Valladolid en un museo en la calle, en esa "pura maravilla de arte", según el afortunado concepto acuñado por Ángel de Pablos Chapado.
La honda turbación que produce la visión de esas conmovedoras e inigualables figuras exponentes de la mejor imaginería castellana, ha de ser compatible con el reconocimiento del papel fundamental e indispensable que desempeñan quienes, vistiendo los hábitos de cualquiera de veintena de cofradías vallisoletanas, dan testimonio de su fe en un ambiente de recogimiento mientras acompañan a los pasos que entre el Viernes de Dolores y el Domingo de Resurrección recorren la ciudad, y que son, además, quienes mantienen viva la llama de la Semana Santa y de las cofradías durante el resto del año.
Las celebraciones de Semana Santa se sostienen en buena medida por el firme compromiso de los hombres y mujeres que forman parte de cada una de las cofradías de la ciudad. Lo cual bien merece el reconocimiento de la ciudadanía vallisoletana, que se hace expreso ahora en palabras de su alcalde.
Las administraciones públicas estamos obligadas a acompañar esa importante labor que, basada en la fe, de manera altruista y con gran dedicación, realizan los cofrades. En este sentido, saben bien que siempre cuentan con el decidido apoyo del Ayuntamiento de Valladolid, de quienes lo regimos ahora y de quienes nos han precedido, porque todos compartimos el propósito de que la Semana Santa, sustentándose en sus raíces, siga creciendo y sea cada vez más conocida dentro y fuera de nuestro país. Para ello, sirva como ejemplo, de la mano de la Junta de Cofradías, realizamos campañas de promoción de la Semana Santa en diversas ciudades españolas y también en el exterior, que este año han llegado a Roma, Cracovia y al norte de Portugal.
Igualmente, en ese ambiente de franca colaboración se enmarca la reciente iniciativa que hemos adoptado de apoyar a la Junta de Cofradías para que pueda disponer de unas nuevas dependencias de propiedad municipal para que albergue su nueva sede en la que pueda desarrollar su labor cotidiana en las condiciones que merece esa entidad.
Se trata, en definitiva, de unir todas las manos en el propósito de crear las condiciones apropiadas que conduzcan a que la Semana Santa de Valladolid incremente su relevancia.
Como decía anteriormente, el Pregón que a continuación se va a pronunciar anuncia la Semana Santa, esos días tan señalados para los creyentes, a los que el Papa Francisco nos pide que:
"Resucitemos a Jesús, el Viviente, de los sepulcros donde lo hemos metido, liberémoslo de las formalidades donde a menudo lo hemos encerrado. Despertémonos del sueño de la vida tranquila en la que a veces lo hemos acomodado, para que no moleste ni incomode más. Llevémoslo a la vida cotidiana: con gestos de paz en este tiempo marcado por los horrores de la guerra; con obras de reconciliación en las relaciones rotas y de compasión hacia los necesitados; con acciones de justicia en medio de las desigualdades y de verdad en medio de las mentiras. Y, sobre todo, con obras de amor y de fraternidad".
Quien en esta ocasión va a tener el honor y la responsabilidad de pregonar la Semana Santa de Valladolid es un buen conocedor de la misma: Francisco Fonseca Morillo, un "vallisoletano hasta la médula", como él mismo se define.
Es doctor en Derecho por la Universidad de Valladolid y licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid.
Su brillante trayectoria profesional ha estado especialmente ligada a la Comisión Europea, en la que ha ocupado importantes cargos, el último de ellos el de director de la Representación de la Comisión Europea en España. En esa institución ha ejercido también como director general adjunto de Justicia y Consumidores, director de Justicia Penal, director de Cooperación Judicial, y director de Justicia Civil, Derechos Fundamentales y Ciudadanía.
Francisco Fonseca es profesor titular de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad de Valladolid y director del Instituto de Estudios Europeos de esta institución. Y su carrera académica ha estado también vinculada con la Facultad de Derecho de la Universidad San Pablo-CEU y con las Universidades de Sevilla y Bruselas.
Autor de numerosas publicaciones sobre Hacienda Pública Comunitaria, Derecho Comunitario y Derecho Internacional Público, está en posesión de la Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort y del título de Comendador de la Orden del Mérito Civil.
Como el mismo ha relatado en alguna ocasión, era solo un niño cuando en los años sesenta del siglo pasado ingresó en la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz, siguiendo, al igual que sus hermanos, los pasos de sus abuelos maternos, de su madre y de su padre.
Sus olores de la infancia, ha recordado nuestro pregonero, son los de las velas de la Vera Cruz.
Sin duda, este año va a ser un año especial para el cofrade Francisco Fonseca, por cuanto ha recibido el encargo de pronunciar el pregón que anuncia la Semana Santa y, también, porque el próximo mes de septiembre tendrá lugar la Coronación Canónica de Nuestra Madre la Virgen de los Dolores de la Vera Cruz, acontecimiento que se celebrará con motivo del 400 aniversario de la hechura de esa imagen por parte del insigne imaginero Gregorio Fernández.
En esta Santa Iglesia Catedral, que hoy acoge el paso de "El Descendimiento", excelso conjunto salido igualmente del taller de Gregorio Fernández, el pregonero tiene la palabra."
Pregón de la Semana Santa 2023
Y llegó la esperada intervención (Pregón íntegro en el documento adjunto) de Francisco Fonseca, que previamente estuvo en el Ayuntamiento para firmar en el Libro de Oro. Además de la rúbrica, el pregonero expresó el "agradecimiento" e incluyó dos proclamas ¡"Viva Valladolid"! ¡Viva la Semana Santa! :
Honor, Responsabilidad, Orgullo. Permítanme comenzar con estos tres conceptos que definen hoy aquí mis sentimientos
Ante todo, agradecimiento. Agradecimiento a todos aquéllos que han pensado en mí y me han propuesto formalmente cumplir con este honor de ser el pregonero de la Semana Santa de Valladolid de 2023. Porque honor es para un vallisoletano castizo como yo, nacido en la calle Conde Ansúrez, y que durante todo su periplo profesional ha ejercido con orgullo de ello y ha siempre "vallisoletaneado", ser el encargado de "dar el pregón".
Responsabilidad. Soy consciente de la responsabilidad que he asumido y espero que, puesto que estamos en la Catedral, tengan ustedes indulgencia conmigo, ya que me siento abrumado ante la lista de personalidades que me han precedido en el encargo y espero que mi Presidenta de la Vera Cruz, querida María José, la tenga en particular.
Orgullo. Porque para este pregonero esta tarea supone uno de los encargos más importantes que mi ciudad, aquélla que para mí siempre se me ha representado como en los versos de Jorge Guillén en Cántico:
Villa por villa en el mundo,
Cuando los años felices
Brotaban de mis raíces.
Tú, Valladolid profundo
me podía encomendar.
Pero ¿por dónde empezar?, ¿por qué los organizadores han pensado en mí como pregonero?
No lo sé, pero lo que sí sé es que la Semana Santa de Valladolid, sus olores de cera y de incienso, su anhelo de primavera contenida, sus sonidos de murmullos y susurros, la dignidad y el respeto de cofrades y espectadores, ese ensimismamiento colectivo de la ciudad. en torno a su Semana Santa, cual Castroforte del Baralla, que levitaba cuando sus pobladores asumían un anhelo a una, como nos contó magistralmente Gonzalo Torrente Ballester en la Saga/Fuga de J.B., siempre ha representado para mí mi particular magdalena de Proust, esto es, los olores, los sabores y los sonidos que conforman ese paraíso perdido que es la infancia.
¿Cómo voy a olvidar que hace casi sesenta años mis padres me inscribieron como Cofrade de la Vera Cruz? ¿Cómo olvidar el orgullo con el que procesioné hasta que mis pasos profesionales me llevaron muy lejos de mi ciudad?
Por ello vaya mi recuerdo emocionado para todos aquéllos que ya no están y que forman parte de mi particular magdalena, o torrija de Semana Santa como las que nos preparaba nuestra madre. Y mucho más allá de ser parte de la Magdalena, porque son su esencia, para mis padres: Francisco y Eugenia. La Semana Santa para mí es la imagen y la excitación de mi madre como camarera de la Virgen de la Vera Cruz, toda obligación cedía ante las necesidades de la Virgen; y la de mi padre con su imagen de hidalgo cervantino, para quien la Cofradía era su forma de activismo social a lo largo de todo el año. Para ellos, y así nos lo han transmitido a sus hijos, la Semana Santa era un elemento central en sus vidas y, en gran parte, conformaba su Manifiesto Vital.