Descripción


La sala 0 del MUSEO PATIO HERRERIANO DE VALLADOLID, presenta desde hoy jueves la exposición del artista vallisoletano Jorge Consuegra, segunda de un artista local en este año en la que se presentarán ocho muestras de creadores de la ciudad.


Al acto han asistido la vicepresidenta de la Fundación Patio Herreriano y concejala de Cultura y Turismo, Ana María Redondo, y el propio artista.


Jorge Consuegra, nació en Valladolid en 1976. Es dibujante, ilustrador y diseñador gráfico. Ha cofundado y trabajado como ilustrador y diseñador en El Perro pinto entre 2005 y 2012 con un buen número de trabajos ilustrados de índole diversa (naturaleza, sociedad, tradiciones…). Ha impartido e imparte talleres de dibujo, cómic y arte para público de diversas edades.


Desde 2005 es miembro del Colectivo Satélite, asociación de ilustradores vallisoletanos. Con ellos ha colaborado en publicaciones (El artista invisible, El niño ardilla, Repertorio de personal, Los malos, Amorcionario y diversos proyectos de edición) y en exposiciones. Miembro de Nos comen los nipones (junto a Jorge Peligro, Icha Bolita, Iván San Martín y Alberto Sobrino), grupo de dibujantes con un buen número de quedadas de dibujo basadas en retos lúdicos con registro online. Ha participado en Varias exposiciones dentro del programa CreaVa


DESEOS DEL OTRO LADO, de Jorge Consuegra es un proyecto artístico anclado en este referente físico, visto desde la perspectiva del lado en desventaja, los barrios separados del centro. La barrera crea una idiosincrasia específica a estos barrios, y modela su funcionamiento respecto del resto de la ciudad; por un lado crea sensación de aislamiento y abandono, y por otro dota de una personalidad especial a estas zonas, y de un carácter especial a sus habitantes sobre la defensa de sus espacios por un lado y sus deseos de huída por otro.


De esa situación proviene el título del proyecto; son los deseos que provienen de ese lado de los desaventajados urbanos sobre el lado favorecido, el lado de la órbita deseable, de la cercanía a un centro de poder, incluso de un ideario de "lo bonito", lo deseable, lo que está al otro lado del muro.


El muro presenta diversas facturas, texturas, imperfecciones, huellas, abandonos, intervenciones naturales y sociales; y de cuando en cuando ofrece un agujerito por el que atravesarlo, un embudo, una serie de puntos de paso obligado si se quiere salir de la zona, un peaje pagado por el mero hecho de pasar. Ese camino es un medio y un castigo. Y de tenerlo omnipresente llega a ser invisible a los ojos hasta que lo miras de verdad, y vuelve a ser tangible de nuevo. La obra no pretende juzgar. Sólo emite imágenes.


El proyecto se divide en cinco capítulos con imágenes que recogen diversas sensaciones a través de diversas soluciones gráficas. Salidas de emergencia: geografía de los tránsitos. Sombra del muro: un muro despojado de significado convertido en pura forma. Huellas de realidad; marcas del espacio y el tiempo. Deseos del otro lado: el objeto del deseo por encima de un muro invisibilizado. Pasos angostos: retratos de agujeros transitables.


Hay un hilo conductor de los cinco capítulos, que es un conjunto de sensaciones que produce el recorrido del ferrocarril por la ciudad, la fractura que produce sobre una parte desaventajada y unos posibles "deseos del otro lado".


Un espacio online, con cabida para más imágenes, puntos de vista, otras realidades..., complementa el proyecto.


La muestra se podrá visitar hasta el domingo 24 de abril, siendo la entrada gratuita.