Descripción
El alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, y el presidente de la Junta de Cofradías de Semana Santa. José Miguel Román, han presentado hoy el libro "Historia de una Procesión. 200 años de la General del Viernes Santo de Valladolid", obra del historiador Javier Burrieza, que recoge la evolución de este tradicional desfile desde su puesta en marcha en abril de 1810, durante la invasión francesa, a instancias del general Kellerman.
A lo largo de 144 páginas, el autor desgrana hitos acaecidos durante estos dos siglos en esta procesión, como son la incorporación de nuevos pasos al crearse más cofradías, la presencia de diferentes colectivos a partir de la posguerra, la organización del Sermón de las Siete Palabras en la mañana del Viernes Santo como prólogo del desfile, la admisión de la mujer como cofrade, así como la labor del arzobispo Gandásegui para reordenar la Semana Santa y hacer de la procesión general su eje principal.
La tirada de la primera edición consta de mil ejemplares, en formato de 22,5 cm x 22,5 cm, encuadernado en rústico, cosido con hilo vegetal, con un precio de venta de 15 euros. Incluye fotografías históricas del Archivo Municipal de Valladolid; Archivo de la Junta de Cofradías; archivos de las cofradías de la Vera Cruz, Angustias, Jesús Nazareno, Sagrada Cena y Santo Cristo del Despojo, además del archivo privado del autor. Las fotografías contemporáneas han sido realizadas por José María Pérez Concellón.
El autor, Javier Burrieza Sánchez (Valladolid, 1974) es doctor en Historia, investigador de la Universidad de Valladolid, experto en historia de la Iglesia, Compañía de Jesús, historia de la ciudad y formas de religiosidad como la Semana Santa.
Prólogo del cronista de la ciudad
Introducido por el alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva y por el presidente de la Junta de Cofradías de Semana Santa, José Miguel Román Vaquero, la obra está prologada por el cronista de Valladolid, Teófanes Egido López, en un capítulo titulado "Impresiones y recuerdos de la Semana Santa de Valladolid", donde reúne lo que más le atrajo de las procesiones vallisoletanas y, especialmente, de lo que supuso para él la del Viernes Santo por la tarde.
Comienza la obra con la propuesta de reforma de las instituciones vallisoletanas, como la Chancillería, casi imponiendo a las cofradías penitenciales históricas de la ciudad la realización de una única procesión, para la tarde del Viernes Santo, que sustituyera a las procesiones de Regla de las de la Vera Cruz, Pasión, Angustias, Piedad y Jesús Nazareno.
Una propuesta que no siempre fue bien recibida, por supuesto, por las cofradías e incluso por el Ayuntamiento. Sin embargo, dos años después de la invasión francesa, el comisario de policía -un hombre de cofradías y colaboracionista con el régimen ocupacionista- consideró que era el momento de celebrar una procesión única que demostrase que los franceses pretendían la normalidad cotidiana de los vallisoletanos como demostraban con las funciones dramáticas o con la permisividad hacia la prostitución.
En aquella primera procesión del Viernes Santo, el 20 de abril de 1810, participaron las cinco cofradías y ocho pasos. En el libro se reproduce fotográficamente el documento que narra esta procesión en el libro de Cabildos de la cofradía de las Angustias.
Importancia del Arzobispo Gandásegui
El resto del siglo XIX fue la alternancia entre procesiones generales y las propias de Regla de las cofradías, hasta que en 1922-1923, la General del Viernes Santo se convirtió en el eje vertebrador de la restauración de la Semana Santa, impulsada por el arzobispo Remigio Gandásegui. Para entonces, se empezaron a reconstruir los pasos históricos que se conservaban en el Museo de Escultura o de Bellas Artes, gracias a Francisco de Cossío y a las investigaciones de Juan Agapito y Revilla.
La obra recorren los cambios e incorporaciones que ha visto esta Procesión desde los años veinte, treinta y cuarenta; la fundación de cofradías para alumbrar determinados pasos procesionales; la incorporación de diferentes colectivos en el tiempo de la posguerra; la creación de la procesión de la Soledad, protagonizada por la Virgen de las Angustias, talla que también cerraba la General de la Sagrada Pasión del Redentor; la incorporación de los pasos de las Siete Palabras con la creación del Sermón en la mañana del Viernes Santo, o la realización escultórica del paso de la Sagrada Cena en 1958.
También se recogen las distintas polémicas que se han ido desarrollando cada año, los medios para alcanzar una adecuada promoción, la incorporación de la mujer en esta procesión del Viernes Santo o la llegada de distintos pasos de factura contemporánea, con algunos de los problemas, de las impresiones, de los logros, de los proyectos que llegan hasta la actualidad.
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Saludas del alcalde de Valladolid y del presidente de la Junta de Cofradías de Semana Santa
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Impresiones y recuerdos de la Semana Santa de Valladolid
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Teófanes Egido, Cronista de Valladolid
0. INTRODUCCIÓN
I. LOS ANTECEDENTES
1. El clima de reformas y crítica hacia las cofradías penitenciales
2. El Plan de 1806: la procesión única
II. EL DESARROLLO DE LA "PROCESIÓN DE GUERRA"
Texto: Nota de lo ocurrido en el día de ayer Viernes Santo 21 del presente mes
III. DE KELLERMANN A GANDÁSEGUI
IV. GANDÁSEGUI, UNA NUEVA NORMALIZACIÓN DE LAS COSTUMBRES
0. Los planteamientos, las iniciativas, las realidades
1. Los acontecimientos, los sucesos, los episodios
V. CRÓNICA DE UNA POSGUERRA
1. Tras las banderas victoriosas... la procesión de la posguerra
2. Una procesión de complemento: la de la Soledad
3. Un Viernes Santo para las Siete Palabras
4. Las novedades hasta la Sagrada Cena (1958)
VI. HACIA LA ACTUAL PROCESIÓN GENERAL DE LA SAGRADA PASIÓN DEL REDENTOR
1. La culminación de las Siete Palabras
2. Las polémicas de cada año
3. La incorporación de la mujer a la Procesión General
4. La procesión contemporánea con los nuevos pasos
5. Lloviendo sobre mojado